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Tras 26 años de servicio se retira histórico conductor del Bibliomóvil del Limarí
Luego de 26 años de servicio público al volante del Bibliomóvil del Limarí se acoge a retiro un miembro fundador de la tripulación del ex Dibamóvil regional de Coquimbo, con base en la ciudad de Ovalle. Se trata de José Antonio Juliá Thibaut, quien se hizo cargo de la conducción de este bibliomóvil en 1998, cuando se estrenaba este innovador proyecto, que nacía con el propósito de acercar la lectura y la extensión cultural a toda la región.
Rodeado de sus familiares, compañeros de trabajo, autoridades del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural y representantes de las asociaciones de funcionarios, el pasado jueves 26 de septiembre se llevó a cabo una emotiva actividad de homenaje para José Juliá, en dependencias del Museo del Limarí.
En dicha instancia se destacaron hitos en su andar por estas más de dos décadas de servicio público, en las que ha recorrido muchos kilómetros sembrando a su paso nuevos lectores y acercando iniciativas culturales a cada rincón atendido por el bibliomóvil.
José Juliá se incorpora tras la inauguración del servicio de Dibamóvil (noviembre de 1998), asumiendo el cupo dejado por el primer conductor del servicio, quien se mantuvo solo un par de meses, junto al ex encargado Rodrigo Poblete Vial.
“Cuando me entrevistaron la primera vez para asumir el cargo de conductor le dije al director del museo de Ovalle de esa época que ese trabajo estaba hecho para mí. Lamentablemente no fui seleccionado en primera instancia y tras pasar algunos meses, la persona que fue elegida no cumplió con las expectativas y fui llamado al quedar seleccionado en segundo lugar. Así llegué a esta función en la que cumplí 26 años”, recuerda José.
Reflexiones de un todoterreno
Sobre el futuro, pasado y presente de su labor, José Juliá reflexiona que veía muy lejana la posibilidad de retirarse antes de este trabajo, porque sentía que este era su lugar y su aporte, pero hoy reflexiona que era momento de dar el paso a funcionarios más jóvenes.
También menciona que lo que más le gustaba de su labor era la interacción con los usuarios que no solo se acercaban por un libro, sino que también muchas veces buscaban compañía, conversación, ser oídos y aconsejados debido a dificultades personales.
De igual manera, sobre la función de un conductor de bibliomóvil, explicó que lo esencial, aparte de ser un buen chofer y saber de mecánica, es saber ser cordial con los lectores pues son el corazón del servicio móvil.
Al mirar todo el camino recorrido, José Juliá dice tener una sensación de satisfacción personal por haber conseguido una fidelización de las comunidades, haber cultivado grandes lectores y acercado la cultura a diversos rincones. Quizá, dice, hay también algo de nostalgia porque en el pasado se contaba con recursos que permitían cubrir la totalidad de la región de Coquimbo, lo que conllevaba un impacto mucho mayor.
El legado de su sonrisa
Rodrigo Araya, coordinador del programa Bibliomóvil del Limarí, entrega palabras sobre el desempeño y características personales y profesionales de José Juliá:
“Con José Antonio trabajo desde el 2002 cuando llegué a hacerme cargo del bibliomóvil. Para mi José ha sido un excelente compañero de ruta y un gran conductor. Además destaco sus características personales excepcionales, siempre dispuesto a colaborar más allá de sus labores, presentando ideas para mejorar nuestra tarea, siempre haciendo más trabajos por sobre lo que le correspondía, aplicando su ingenio y personalidad inquieta. José fue sin duda un gran compañero con el que pudimos llevar a cabo grandes iniciativas en pos del fomento lector y sin el cual no hubiéramos podido hacer realidad el lema que tenía el proyecto: abrir caminos a la cultura”.
Araya explica que el compromiso de José Antonio Juliá con el trabajo del bibliomóvil siempre iba más allá de sus labores. Un ejemplo fue la creación de espacios para mejorar las condiciones de atención para los lectores, como por ejemplo la instalación de pasamanos, la creación de espacios para nosotros mismos como funcionarios y que hacen que hasta el día de hoy sea más amigable estar varias horas dentro de un vehículo. Recuerda también el desarrollo interior del vehículo actual y que él personalmente se encargó de hacer muchas mejoras al diseño inicial del actual vehículo, que se compró en 2009.
Marco Sandoval, director del Museo del Limarí, unidad de la cual depende el programa Bibliomóvil del Limarí explica sobre el desempeño y aporte de Juliá al equipo.
“José Juliá fue un solucionador de problemas para el equipo. Destaco su constante apoyo para el programa Bibliomóvil como para el Museo del Limarí. Su trayectoria de desempeño y compromiso sin duda nos dejará un vacío muy importante. Pero también al mismo tiempo nos alegra que pueda tener más tiempo con su familia y sobre todo le deseamos que tenga mucha y buena salud. También que recuerde que para el Museo del Limarí y para el Bibliomovil siempre será bienvenido”.
Álvaro Soffia, coordinador de Fomento Lector del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas y responsable de la Red de Bibliomóviles de Chile, valoró que “la trayectoria de José Antonio Juliá representa una inspiración para todos, que nos motiva a seguir trabajando en reimpulsar el servicio, retomando su espíritu original con cobertura regional y el despliegue de actividades culturales”.